martes, julio 03, 2007

El Baile

Se suele decir que el baile es una frustración vertical de un deseo horizontal. Y de vez en cuando es eso, aunque no con tanta frecuencia como quisiéramos.

Si una persona *quiere* con la otra (como lo que sucede si te encuentras un mujerón [o un papi en caso de las mujeres]) y lo más cerca que puede estar de eso es un baileen una discoteca o algo por el estilo... sí, es una frustración.

Pero eso de la frustración en primer lugar depende de como se maneje la situación y en segundo lugar es sólo una parte de la verdad; una parte que, por cierto, suena muy feo.

Sin embargo el baile tiene una profundidad extravagante si uno se la sabe encontrar, y hacia allá voy en mi disertación.

Cuando uno baila con alguien sin ánimo de sexo, entonces no es una frustración. Y he aquí la otra parte. El baile viene a ser una forma de unión con la otra persona, una forma de acercársele... una extraña forma de unión espiritual.

Un buen baile es una idealización del sexo.

No estás en una intimidad tan grande con la otra persona como para poder hacerle daño alejándote de ella, y estás, sin embargo, tan cerca como para poder conocerle, hablarle, quererle, amarle.
Ambos inician al unísono y terminan a la vez, ambos conformes con la duración del ritual.
Ambos disfrutan, van a la par en cuanto al ritmo... los movimientos están perfectamente coordinados.

De esta manera un baile tan sencillo como el merengue se convierte en una experiencia del más allá; el contacto físico, la coordinación, el espacio para la creatividad, la violación del espacio personal aceptada...

Pero no está la frustración antes mencionada.

Y por cierto, en cuanto a la susodicha frustración: si usted está lo suficientemente cerca de una persona como para bailar con ella, entonces, si se maneja bien puede crear la ocasión para algo más... sea lo que sea que busque de la relación. Así que puede no ser una frustración, sino más bien un anticipo.

No hay comentarios.: